He aquí esta pequeña historia y acertijo que os propongo. Debéis contestarla (si queréis y sabéis) con su debida y correcta explicación. Este acertijo nos lo puso a mi exclase mi exprofesor de Elementos de Programación, Tolo. Dice así:
Más allá de las tierras lejanas, entre las oscuras montañas de los Alpes italianos, se encontraba La famosa abadía de Melk. Dicha abadía era conocida por la severidad de sus estrictas normas. Partiendo de que todos los monjes son completamente obedientes, ha de decirse que no les estaba permitido ningún tipo de comunicación entre ellos; No podían hablarse, hacerse gestos, dejarse mensajes, etc. Del mismo modo, no existía ningún tipo de espejo, o superficie para poder verse el rostro ellos mismos, nada en absoluto, ni siquiera un reflejo en el agua.
La vida de los monjes era sencilla. Pasaban todo el día en sus respectivas celdas, en solitario, rezando, y tan sólo se reunían para cenar en una gran mesa circular.
Un domingo por la noche, mientras los mojes cenaban en silencio, el abad, que si podía comunicar los asuntos importantes al resto, dijo lo siguiente:
“Queridos hermanos míos, no tengo otra opción que comunicaros una terrible noticia. Una cruel y nefasta enfermedad ha penetrado en nuestra humilde abadía. Dicha enfermedad, es increíblemente contagiosa, aunque sus síntomas no se dejan notar hasta bien pasado el tiempo, simplemente se delata por una mancha purpúrea que aparece en la frente del infectado. He de deciros también que más de uno de vosotros ya la padece, y por consiguiente, por el bien de nuestra comunidad, deberéis idos, los que la sufráis, lo antes posible.”
Este discurso, fue pronunciado la noche del domingo. El martes, se fueron N mojes.
¿Qué número es N? ¿Por qué?
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